REAL vs. REALIDAD

Publicado en por Jairo León Sepúlveda

EXPERIMENTO HECHO EN CLASE PARA DIFERENCIAR LO REAL DE LA REALIDAD.

EXPERIMENTO HECHO EN CLASE PARA DIFERENCIAR LO REAL DE LA REALIDAD.

¿CALIENTE O FRÍO?

En 1690, el filósofo John Locke propuso el siguiente experimento. Tenemos tres recipientes con agua. El primero contiene agua fría, el segundo tibia y el tercero caliente. Ponemos una mano en el recipiente de agua fría y la otra en el de agua caliente. Pasado un rato, notaremos cómo la diferencia de temperatura entre las dos manos va desapareciendo. Cuando creamos que las dos manos están en la misma temperatura, las ponemos a la vez dentro del recipiente con agua tibia. Aunque no nos lo podamos creer, parece que el agua del recipiente tiene dos temperaturas: caliente para una mano y fría para la otra.

Con esta demostración, Locke razonaba sobre la visión objetiva y subjetiva de la realidad. Las calidades aparentes de los objetos (como la temperatura) no se encuentran en los propios objetos sino en la mente de las personas que los perciben. El objeto no está caliente, decía Locke, tan sólo posee la capacidad de despertar en nosotros la idea de calor. Si no, no se podría explicar por qué un mismo objeto puede parecernos en el mismo momento frío y caliente. En el fondo, en relación con lo que nos interesa aquí, la distinción clave se encuentra entre el hecho de captar una sensación (en este caso resultado del proceso de adaptación térmica de la piel de la mano) y la percepción de la temperatura (calor-frío) que provoca una determinada experiencia ambiental. Esta experiencia parte, efectivamente, de las sensaciones, pero va más allá convirtiéndose en un proceso más complejo.

Durante la clase se hizo una variación del experimento propuesto por Locke que consiste en meter una mano en uno de los recipientes extremos y luego en el la taza del centro; para comparar la sensación de cambio de temperatura en la taza del centro.

Lo que sucede es que el cuerpo humano detecta los cambios en el ambiente y se acostumbra a ellos. Cuando metes la mano en el agua fría los receptores de la piel “se acostumbran” a esa temperatura y por eso cuando la metes en el agua templada se nota caliente, porque la temperatura del agua es mayor y la piel detecta ese aumento de la temperatura. Lo contrario sucede cuando primero metemos la mano en el agua caliente.

Esto sucede con muchos estímulos externos, por ejemplo, cuando llegas a un sitio que huele a algo, como pescado frito, al principio se nota mucho el olor, pero al rato ya parece que no huele a nada. En realidad el olor no a desaparecido, pero el organismo “se acostumbra” y es como si dejara de percibirlo. Esto es como un mecanismo de alerta, el cuerpo debe estar alerta a los cambios del entorno, por si suponen algún peligro, pero un vez que pasa un rato y nos damos cuenta de que no hay ninguna amenaza, nuestros sentidos pueden concentrarse en cosas más importantes.

EXPLICACIÓN

Los receptores de la sensación térmica se encuentra en la piel; los sensibles al calor son los corpúsculos de Ruffini y los sensibles al frío, los corpúsculos de Krause, más superficiales y numerosos que los primeros.

Estos receptores permiten detectar si la temperatura de un objeto o de un ambiente es más o menos elevada que la de nuestro cuerpo, pero no captan, ni siquiera aproximadamente, su temperatura.

Además nuestro cuerpo es más sensible al frío que al calor, al encontrarse más superficiales y ser más numerosos los detectores del frío.

Etiquetado en 1690, John Locke, Real, Realidad

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